Políticas claras y capacitación de funcionarios (OPINION)

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EL AUTOR es periodista. Reside en Colombia.

Por MANUEL TEJADA GÓMEZ

 Los dominicanos residentes en el exterior necesitamos políticas claras desde el Estado, acorde con las necesidades que se presentan en los diferentes países donde se han conformados comunidades de compatriotas que esperan siempre la solidaridad de su gobierno a través de sus embajadas y consulados en momentos de necesidad o emergencia.

Seguimos atados al país a través de las remesas que enviamos a familiares, que según datos del gobierno asciende a varios miles de dólares al año, pilar importante para la economía nacional; además, con los viajes que realizamos, incurriendo en gastos extraordinarios como turistas, lo que soporta también las finanzas del Estado.

Es por lo anterior expuesto que se hace legítimo el reclamo por décadas de los que por diferentes motivos decidimos hacer morada en otra nación sin desvincularse afectiva y económicamente de nuestra patria, por el contrario, los aportes realizados benefician a los que permanecen allá.

Capricho e ineptitud

No podemos seguir a merced de los caprichos y las ineptitudes de los funcionarios nombrados en el exterior por el Estado dominicano, que, en el caso de los consulados, están llamados a representar y asistir a sus connacionales como lo establece la ley No. 630-16 artículo 30: 2)

Proteger los intereses del Estado y de sus nacionales, conforme al Derecho Internacional (SIC). La misma ley en su artículo 19 establece: 3) Proteger el patrimonio del Estado dominicano en el exterior y asistir y defender a los dominicanos y dominicanas en el ejercicio de sus derechos en territorios extranjeros (SIC).

Vemos con preocupación que las comunidades más pequeñas en el exterior son las que más sufren esta falta de claridad en las ejecutorias de acciones tendentes a favorecer a los criollos fuera de su territorio.

El pasado 4 de septiembre una compatriota que se encontraba residiendo de manera irregular en Bogotá Colombia y con su pasaporte dominicano vencido, pasó el Niagara en Bicicleta al intentar viajar a Santo Domingo al funeral de su madre que acaba de fallecer, los inconvenientes por su estatus legal, que tardó toda una mañana en resolver, entre ellos el pago de una multa.

Solo la apertura de un proceso administrativo o la deportación, la libraba de ese pago, por lo que se comunicó con funcionarios de la Embajada y del Consulado, en busca de una solución, quienes le prometieron hacer gestiones para solucionar la situación.

Faltando pocos minutos para que cerrara su vuelo que despegaba a las dos de la tarde aún su problema no estaba resuelto, fue un oficial de Migración, quien fue contactado por el presidente de la Asociación de Dominicanos Residentes en Colombia que le permitió salir del país suramericano.

El Estado dominicano debe capacitar bien a sus funcionarios en el exterior y dejar el clientelismo político para su nombramiento porque, las consecuencias las pagamos los que en algún momento necesitamos de esos funcionarios que en la mayoría de los casos desconocen normas y procedimientos ante una eventualidad como la antes mencionada.

jpm-am

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