Luis Piedrahita: “La libertad trae implícitas contraprestaciones y efectos secundarios”

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A menudo se habla de humor inteligente, de humor absurdo, de humor costumbrista… Luis Piedrahita tiene una batidora mágica que le permite mezclar todo eso y obtener un desternillante licuado como es Apocalípticamente correcto, un monólogo, con una pizca de magia, sobre el escurridizo y polémico tema de la libertad y el destino, la risa y el miedo. 

Se podrá ver en el Teatro la Latina, todos los viernes a las 22.30 horas y los sábados a las 23.00 horas, desde el 4 de octubre y de momento hasta el 26 del mismo mes.

¿Qué nos vamos a encontrar en Apocalípticamente correcto?Es un monólogo de humor que habla de la libertad y de los dos motores que mueven a las personas a hacer cosas y a no hacerlas. Esos dos motores son el miedo y la esperanza. El miedo es creer que algo malo va a pasar en el futuro y la esperanza es creer que algo bueno va a pasar en el futuro. Son antónimos. El miedo ata, el miedo bloquea. El miedo es el enemigo de la libertad. De hecho, el miedo espanta a la risa. La esperanza es todo lo contrario. La esperanza llena las velas de la acción, invita a hacer cosas. Y ahí está la lucha. Decía que el miedo espanta a la risa, pero paradójicamente, la risa espanta el miedo. Es cuestión de ver quién dispara primero. Es un duelo. Y en Apocalípticamente correcto la risa dispara primero y gana por tiroteo.

Se ha puesto un poco filosófico… ¿Y cómo ha hecho para conjugar ese aspecto con el humor?Yo creo que todos los shows que hago siempre tienen por debajo una estructura conceptual y filosófica para el que la quiera, pero por encima y para todo el mundo hay un montón de chistes, bromas, risas, reflexiones ingeniosas, paradojas, contradicciones… que es con lo que la gente se ríe y a lo que yo le dedico más tiempo y lo que a mí más me gusta. Pero por debajo, para que eso funcione y para que eso dure muchos años, para que eso no se olvide nunca, tiene que haber un armazón, tiene que haber una estructura conceptual y filosófica. Mi gran preocupación es que el que quiere ir solo a reír no se vea incomodado o molesto, o lastrado por esa estructura y que ese concepto que está debajo, latiendo, el que lo busque lo pueda encontrar y disfrutarlo.

Y es que en el monólogo aparecen temas también muy mundanos, como el horóscopo, los mapas, las anguilas, el vello púbico, que siempre es un tema de actualidad…Un tema que debería estar en boca de todos (risas).

Y entre todos estos temas está también la libertad de expresión…El show habla de la libertad. De todos los aspectos de la libertad. Se habla mucho de la libertad, nos la ofrecen en todo tipo de anuncios, eslóganes y prospectos, pero nadie lee la letra pequeña. La libertad trae implícitas unas contraprestaciones y unos efectos secundarios que a lo mejor no son del gusto de todo el mundo. Por ejemplo, la libertad implica responsabilidad. Usted puede hacer lo que quiera, pero apechugue con las consecuencias de lo que usted ha hecho. Raras veces cuando alguien habla de la libertad, habla de la responsabilidad o habla del otro. ¿Qué pasa cuando lo que me da a mí la gana choca con lo que le da la gana a otra persona? Raras veces se habla de eso o de la libertad de expresión. ¿A dónde tiene que llegar entonces? Yo busco temas muy mundanos, muy costumbristas, muy pequeñitos, nimios, insignificantes, que me sirvan de metáfora para hablar de los grandes temas. Por supuesto que estamos hablando de de que un café en Starbucks cuesta 12 euros, pero también estamos hablando de que en la vida cada elección tiene un precio. Busco temas reconocibles de andar por casa, pero que me sirvan de metáfora para hablar en realidad de los grandes temas.

Hablaba antes de que el miedo es la cortapisa de la libertad, ¿ese es el primer escalón que tiene que subir un cómico o un humorista a la hora de plantear un chiste?Hay muchas barreras que uno tiene que subir. Se habla de la libertad de expresión, pero realmente la persona libre es la que se puede callar su opinión y no decírsela a nadie. Que alguien te diga “¿qué tal ha estado mi boda?, y puedas tener libertad de no expresión. Esa es la grandísima libertad. ¿Os ha gustado la comida? La libertad es no tener que responder. Cuando uno se sube al escenario por supuesto que hay un montón de miedos y de barreras que tiene que superar. Pero estamos hablando de una propuesta artística. Yo creo que hablo en mi nombre, pero creo que mis compañeros suscribirán esto que digo, y es que cuando uno es un comediante genuino, realmente no decides tanto lo que dices, sino que dices lo que te sale.

O no habla de lo que no le sale, ¿no?A mí me dicen “tú nunca hablas de política”. Yo nunca hago chistes sobre política, ni de la actualidad, ni de famosos del momento, ni de cantantes, toreros, futbolistas, conductores de bólidos. Yo nunca hablo de personajes del momento. ¿Pero por qué? Porque no me sale. Es que de verdad, aunque me pusiera, no me saldría. Lo que a mí me sale bien es encontrar un tema insignificante y que me sirva de catapulta para hablar de algo un poquillo más profundo. Lo otro, aunque quisiera, es que no soy capaz. Y entonces todos esos miedos al que dirán… cuando estás escribiendo un texto humorístico, ya mucho tienes con ver qué es lo que te sale como para encima andar podándolo con lo que con lo que puedan estar pensando otros.

De hecho ha estado dos años preparando este espectáculo…Esto lo hago siempre, me dedico un año a pensarlo y otro año a escribirlo, porque intenté alguna vez ponerme a escribir directamente, sin pensar y sucede que llenas montañas de papeles que no van a ningún lado y eso es una mierda. Primero hay que pensar una estructura, qué es lo que se quiere contar, hacia dónde vamos. Y una vez que ya sabes lo que quieres contar y hacia dónde quieres ir, ya te sientas y haces los chistecitos. Porque si no, te encuentras con que no sabes a dónde quieres ir y entonces no sabes qué coche necesitas. A lo mejor es un todoterreno. A lo mejor es un Ferrari. A lo mejor no es un coche. A lo mejor es una moto o una lancha. Entonces primero hay que saber a dónde quiere ir uno y luego ya construir el coche.

Pensar un año… ¿no se apunta nada para no olvidar?El primer año intento escribir muy poquito, pensar y apuntar líneas conceptuales, no chistes. Los chistes son en el segundo año. El segundo año es chiste, chiste, chiste… Pero el primer por ejemplo, me encuentro en un libro de ciencias que dice “¿es el azar un derecho inherente de la naturaleza o es una consecuencia de nuestra ignorancia?”. Y eso habla de la libertad. Es una pregunta de un libro de ciencias que plantea si existe el azar o si realmente está todo escrito. Durante una época se pensó que las leyes deterministas aseguraban que todo estaba escrito, que todo estaba predeterminado. Por lo tanto, no existe la libertad. Yo leo eso y digo “esto que viene de un libro de ciencias, esto me viene guay” y me lo robo directamente. Meto mi mano y robo ese concepto y lo apunto y digo vale, pues la duda de si está todo escrito o no, ahí está. Luego agarro otra idea de otro sitio, solo conceptos durante un año y después ya chistes sobre ese sobre esa idea.

Para que luego digan que los cómicos no trabajan…Los hay que no trabajan y los hay que sí. Los que no trabajan aparecen y desaparecen. Pero los que los que trabajan, que yo creo que son los más, trabajan duro, muy duro. Yo sigo teniendo los mismos compañeros desde hace 25 años. Ahí sigue Goyo Jiménez, ahí sigue Leo Harlem, Berto Romero…

¿La gente piensa que un cómico es solo alguien que se divierte con sus ocurrencias?Eso es porque como ven al cómico disfrutar, creen que ese trabajo es fácil de hacer, porque hacerlo es divertido. Pero eso es como creer que al malabarista, al trapecista, no les cuesta lo que hacen. Parece que no les cuesta, porque su esfuerzo anterior no se ve, Esto sucede mucho en el mago. El mago es ese al que parece que menos le cuesta, tiene poderes y lo hace todo solo y nadie se da cuenta de que sí, que detrás del mago hay horas y horas y horas de ensayo.

La risa espanta al miedo, ¿lo ha puesto en práctica alguna vez que tuviera miedo?La paradoja es que el miedo espanta la risa, pero la risa espanta el miedo. Entonces es ver que lo que saques primero es lo que va a espantar al otro. Como primero te entre el miedo, ya va a ser muy difícil reírte, pero como primero empieces a reírte ya no te va a entrar el miedo. El tema es anticiparse.

En Apocalípticamente correcto hay un poco e magia al final, ¿la cabra tira al monte?Nunca me ha gustado meter juegos de magia en el show. Siempre me ha gustado que todo lo que sé de la magia se aplique en cómo escribo. Eso hace que mi humor sea un poquito mágico, pero sin ningún truco. Sucede que el humor es una sorpresa intelectual y la magia también es una sorpresa. En ninguno de los dos se te pueden ver venir. Si te ven venir en el humor, el chiste no entra. Y si te ven la carta en la mano antes de que la hagas aparecer, tampoco ven magia. Hay estructuras parecidas y yo aplico unas y otras. Esta es la primera vez en la que coloco un efecto de magia, que va al final y que es espectacular cómo cierra todo el concepto que te estaba planteando. Cómo habla de lo que está escrito, de lo que no está escrito, del azar, de la libertad, de la magia y del asombro.

Ha hecho innumerables actuaciones, ¿qué le pasó en directo que le descolocara?Una vez una señora que dio a luz en el teatro. Fue fantástico, porque cuando entraba por el patio de butacas todos la vimos muy embarazada y nos preocupamos un poco. Y de hecho, en algún momento del show yo la mencioné. A mitad de show se puso de parto, o sea, rompió aguas. No llegamos a ver el bebé llorar pero pero sí rompió aguas y tuvo que salir. Hubo que hacer un poco de jaleo porque aquello fue muy sonado. Fue muy curioso porque yo le dije una de estas cosas que se te ocurren y dices ¿por qué no se me ocurre eso cuando estoy sentado escribiendo? Le dije que en mis shows mucha gente por lo general se moría de risa, pero que era la primera vez que una persona nacía de risa y fue muy celebrado. Ahora estoy siempre mirando a ver si hay embarazadas para poder repetir ese chiste (risas).

Nuria Roca hace magia y humor en El Hormiguero, ¿le ha salido competencia?Es muy divertido. En El Hormiguero estamos todos a hacer la chorrada más grande que se nos ocurra. Un día a Pablo se le ocurre que yo busque la letra pequeña o que me invente palabras, o que Marron se cuelgue de no sé dónde, o que Nuria Roca haga magia. Y bueno, pues lo hacemos y si queda bien se mantiene. Y Nuria Roca haciendo magia es muy divertido.

¿La mezcla de magia y humor es lo que ha convertido a España en un referente mundial?La magia española es referente mundial, sobre todo en cartomagia. Es decir, esa magia de cerca, esa magia que con cartas. Ahí es donde España destaca sobre todo el mundo. Es gracias a unos nombres de los cuales conocerás algunos y otros no. Arturo de Ascanio es el que no, pero el Arturo Ascanio fue el maestro de Juan Tamariz y Juan Tamariz, que nosotros lo conocemos como el mago de los pelos locos que grita, escribió unos libros, un pensamiento, una filosofía de la magia que se ha exportado a todo el mundo. Cuando Juan Tamariz entra en una habitación de magos, le hacen la ola, le hacen reverencias. Sus libros se han traducido a todo el mundo y es un referente mundial. Y gracias a personas como Juan Tamariz, Arturo Ascanio y ahora el que yo creo que es el siguiente capítulo, Dani DaOrtiz, un andaluz, cada vez que un español entra en una habitación con magos y saca una baraja, todos se quedan a ver qué hace. Todas las enseñanzas de Arturo Ascanio, de Juan Tamariz, de Gabi Pareras, que falleció recientemente, son las que hay que estudiar.

¿Cómo está viendo la pugna que está habiendo entre El Hormiguero y La Revuelta?Es la eterna pregunta. Pues mira, yo si te digo la verdad, lo considero una buena noticia. Me parece guay que que haya un programa que guste a tanta gente y que pueda haber otro que guste también a tantísima gente. Ahora estarás diciendo ¿cuál es cuál? Ambos gustan a millones de personas. El Hormiguero no ha perdido ni un solo espectador desde el comienzo de La Revuelta. Es más, El Hormiguero tiene más audiencia de la que tenía la temporada pasada. Y La Revuelta ha aparecido como un programa que recién llegado ya está casi combatiendo de igual a igual y con unos resultados extraordinarios. Eso para mí es fantástico. Un programa que guste a tantísima gente y que no desmerezca o que no vaya en detrimento del otro. Fíjate, es gente que antes no veía la tele, que antes pues estaría yo que sé, leyendo libros, yendo al cine, visitando museos, por fin encienden el televisor (risas). Yo creo que es algo bueno lo que está haciendo la tele pública.

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