
Por más digna que parezca, y en realidad lo sea, extraña la decisión de la vicealcaldesa de La Vega, Amparo Custodio, de renunciar a asumir la alcaldía tras la designación de su titular, Kelvin Cruz, como ministro de Deportes.
Custodio, que milita en el Frente Amplio, basó su decisión en que el cargo pertenece al PRM, al que, por tanto, le corresponde escoger el sucesor de Cruz.
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En un país donde se mata por ocupar puestos, tanta sinceridad y desprendimiento causan extrañeza. Más cuando conforme a la ley es sucesora legítima para llenar la vacante dejada por la renuncia del incumbente.
Al proponerla para vicealcaldesa el PRM estaba consciente de que en ausencia del titular era a ella a quien correspondía llenar la vacante. O sea, que no se trata de un premio inmerecido ni de un regalo envenenado. Por ahora Custodio ha dado una lección de principios.