El Gobierno minimizó el impacto de la crisis global

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El Gobierno minimizó el impacto de la crisis global

El ministro de Economía, Luis Caputo

El Gobierno salió a minimizar ayer el impacto del “lunes negro” que afectó a los mercados del mundo, con fuerte desplome de los bonos y acciones y que disparó el riesgo país argentino por encima de los 1.700 puntos (ver página 4). “No nos es ajeno lo que está pasando. Siempre miramos este tipo de eventos, pero tenemos claro lo que estamos haciendo y nada afectará nuestro camino”, sostuvo en las primeras horas de la mañana el vocero presidencial, Manuel Adorni, y, en un intento por llevar calma a los inversores locales, insistió en que “nuestra tranquilidad está en las cuentas públicas y en mostrar todos los días que la inflación está bajando”.

De esta manera, el equipo económico de Javier Milei buscó apoyarse en el plan de emisión cero de pesos y en la continuidad del cepo cambiario, dos medidas sin las cuales, sostenían ayer, los efectos hubieran sido más graves.

“Este mismo escenario con el sobrante de pesos que había y sin cepo hubiera sido una calamidad”, aseveraban en el Gobierno, a la par que relativizan la escalada del riesgo país “ya que el gobierno no necesita financiamiento y las empresas privadas lo están consiguiendo a tasas muy favorables”. En tanto, aseguraban que la meta de bajar la inflación y la actividad económica no deberían verse afectadas: “Se mantiene el objetivo de llegar a una inflación cercana a cero”, confiaban cerca del ministro de Economía, Luis Caputo.

Reconocían, no obstante, que semejante debacle en los mercados internacionales podría retrasar inversiones para la Argentina, pero remarcaban que el país no se verá tan afectado gracias a haber mantenido políticas fiscales y monetarias “ordenadas”. Agregaban además que el impacto sobre la economía local hubiese sido mucho mayor si no se hubiera alcanzado el superávit fiscal en el primer semestre.

En tanto, entre operadores había quienes creían que ante este nuevo escenario el Gobierno podría postergar algunas de las medidas de flexibilización del cepo que venía analizando. De todos modos, se mantendría la idea de rebajar la tasa del impuesto PAIS a partir de septiembre, en pos de reducir la presión impositiva.

Sobre el desplome global, la interpretación del Gobierno pasaba por entender la crisis financiera como atada a “factores puntuales y externos”, derivada de la decisión de Japón de subir las tasas de interés y las dudas que generan los magros datos sobre empleo de la economía de Estados Unidos.

De acuerdo al primer balance oficial, “hay factores que explican la corrección desde lo económico, pero la violencia de la caída global excede holgadamente el deterioro de los fundamentos. Es decir, es mucho más una corrección técnica, producto del alto nivel de apalancamiento que había en el Yen, el Nikkei, la Inteligencia Artificial y las Criptomonedas”, apuntaron en la Casa Rosada.

Por otro lado, tampoco se espera un cambio de tendencia en la intención de la Reserva Federal de evaluar una baja de tasas hacia octubre. Y, si bien la suba del riesgo país impacta (sobre todo luego de que Caputo estimó que seguiría bajando), en el Gobierno explican que la administración no necesita salir a financiarse rápido gracias a las precauciones tomadas en el manejo de las finanzas públicas.

Se admite, además, que la caída en el precio de los commodities puede ser una mala señal para las reservas en caso de mantenerse en el largo plazo. Aunque por ahora el objetivo pasa por mantener los recortes de la emisión monetaria y vender divisas en el contado con liquidación, para atenuar la suba de los dólares financieros.

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