El desafío para un delantero que no estaba en los planes

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El desafío para un delantero que no estaba en los planes

Luciano Giménez se formó en Boca, jugó en el ascenso argentino y viene de Cuiabá de Brasil. Es una incógnita

El fútbol muchas veces abre puertas y le da oportunidades a los futbolistas. Este sería el caso para Luciano Giménez, el delantero de 24 años que llega a un Estudiantes que necesita un jugador en su puesto más que nunca luego de la salida de Javier Correa y la lesión de Mauro Méndez, mientras Guido Carrillo encuentra su mejor versión tras una serie de lesiones.

Por eso será clave el andar de este jugador desconocido para el fútbol argentino, que decidió irse del Cuiabá de Mato Groso, Brasil, porque el entrenador decidió jugar con un solo punta: el paraguayo Isidro Pitta, que en algún momento estuvo en la órbita del Pincha.

El equipo de la selva limítrofe con Bolivia lleva un par de años en la élite del Brasileirao. Llegó a la “A” con un equipo con figuras locales y mucho apoyo de empresas de la zona. Pero este año las cosas no están muy bien pese a estar fuera de la zona de descenso y jugando el repechaje de la Copa Sudamericana. Pero está en pleno recambio de su plantel porque el libro de pases está abierto como en Argentina.

Por eso ayer Luciano Giménez puso la firma en City Bell y se convirtió en la segunda incorporación de cara a la segunda parte del año que ya se encuentra en marcha. El club adquirió el 80% de los derechos económicos y el contrato del flamante refuerzo será hasta diciembre de 2027. No trascendieron los números pero serían bajos en relación a otras incoporaciones.

El delantero nació en Salta el 18 de febrero del año 2000 e hizo inferiores en Boca Juniors. Su debut en Primera fue en Central Norte, para luego pasar por Chaco For Ever, y Chacarita. En febrero de este año pasó a Cuiabá de Brasil donde disputó el torneo local y la Conmebol Sudamericana. En el año jugó apenas 13 partidos, doce de ellos ingresando desde el banco de los suplentes. Marcó un gol y recibió una tarjeta roja.

A Giménez le dicen el Tanque porque mide 1,87 metros. La mitad de su pase todavía pertenece a Boca, que sólo le vendió el 50 por ciento a Chacarita cuando el Funebrero decidió invertir luego de disfrutar los 13 goles que marcó en el torneo anterior y que despertó el interés de este club empresa de Brasil propiedad de Alessandro Desch.

Es un delantero que si bien tiene mucho porte físico es hábil y le gusta participar del juego. Es de la misma categoría que Marcelo Wiegandt y Agustín Almendra. Pero nunca llegó a jugar en la Primera de Boca.

En Estudiantes tendrá la difícil misión de reemplazar a Correa y Méndez y ser competencia de Carrillo. Le esperan muchas presiones y dependerá de él estar a la altura. De todos modos está claro que su nombre fue una sorpresa total.

Su habilitación no asoma como sencilla y mucho menos para que pueda estar presente mañana ante Unión de Santa Fe. Pero es casi un hecho que será convocado para el compromiso del miércoles ante Huracán en el Tomás A. Ducó y podría tener sus primeros minutos para llegar con algo de ritmo al clásico a jugarse a los pocos días en UNO por la octava fecha de la Liga Profesional.

En tanto la secretaría técnica sigue la búsqueda de más jugadores. Lo del lateral parece estar estancado porque la representación de Santiago Arzamendia y el club dueño de su pase, Cádiz, han subido sus pretensiones y el Pincha no está dispuesto a elebar la oferta porque no tiene dinero o bien porque la inversión fuerte la realizará en diciembre y no ahora, que no tiene muchos objetivos por delante.

Eduardo Domínguez quiere un lateral y un volante mixto que pueda ser una alternativa en ofensiva y también a la generación de fútbol. Pero no hay operaciones avanzadas. Tendrá que esperar.

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