“Llamé a cinco clínicas de La Plata porque tengo que hacerme una tomografía con contraste y en todas las respuesta fue: ‘No tenemos contraste”, reveló una jubilada platense que reside en La Loma. “Me pasó lo mismo con una colonoscopia y me contestaron que faltaban insumos”, agregó un vecino de Punta Lara que se atiende en la Ciudad. “Es una complicación porque necesito estudios por imágenes lo antes posible y me dieron fechas hasta para agosto”, se quejó una trabajadora municipal que no encuentra turnos en clínicas locales. Así las cosas, esta situación llevó a una consulta a las principales entidades que agrupan a las instituciones médicas privadas de la Región para saber el estado de situación.
En diálogo con representantes de la Asociación de Hospitales, Clínicas y Establecimiento de Alta Complejidad Privados de la Provincia de Buenos Aires (ACLIBA), este diario supo que “el problema del contraste es crítico”. “Ahora se agudizó porque no se paga lo que vale y nos es difícil hacer algunas prácticas de tomografías o hemodinamia. El valor que se paga no cumple ni cubre el precio del contraste. El contraste estuvo en faltante por un problema mundial y, como lo elabora una sola fábrica, ante la suba de precios por la guerra de Ucrania, los valores volaron en dólares. Ante esto, las obras sociales pagan un precio muy por debajo del costo real y por eso se dejaron de hacer estos estudios”, agregaron.
UN MARCO DELICADO
Otra situación preocupante en el sector fue reportada a este medio. “Es muy importante la falta de reactivos en laboratorios y se está sintiendo mucho. Según un informe de la cámara de laboratorios, hay una queja por el cierre de muchos laboratorios porque no están siendo ‘productivos’ o ‘solventes’”, indicaron desde ACLIBA.
“Los costos han subido enormemente, sobre todo en algunos insumos que vienen de empresas oligopólicas como pueden ser el residuo patogénico, donde hay solo tres o cuatro firmas que se reparten el sector, o el oxígeno, donde solo hay dos compañías. Estos valores se han ido a los nubes, no hay freno en los precios, lo cual los hace cada vez más caros de obtener. Todo esto nos produce un grave perjuicio, lo que perjudica a la salud de la población”, relevaron.
Desde la Federación de Clínicas, Sanatorios, Hospitales y Otros Establecimientos de la Provincia de Buenos Aires (FECLIBA) compartieron a este diario un documento en el que resaltaron que los costos de prestación al mes de julio representan un aumento interanual cercano al 230%. En efecto, de acuerdo a la información que proporcionaron desde tal entidad, este incremento no ha sido acompañado de manera proporcional por los aumentos arancelarios otorgados por las obras sociales y prepagas (financiadores). Para regularizar la situación, explicaron, los prestadores deberían incrementar sus precios de manera inmediata para compensar el retraso histórico que vienen sufriendo.
Los costos de prestación al mes de julio representarán un aumento interanual cercano al 230%
Conforme citaron, la situación es aún más complicada con la medicación y materiales de alto costo, debido a la necesidad de autorización previa. No hay una fecha concreta de cobro, lo que genera imprevisibilidad, y los pagos se realizan muy por debajo del costo real.
“UNO DE LOS PEORES MOMENTOS DE LA HISTORIA”
Desde FECLIBA aportaron más datos a este medio sobre la crisis que atraviesa el sector. “El sector de la salud está viviendo uno de los peores momentos de la historia y se vive un grado de incertidumbre total, porque las perspectivas son dudosas. Lo único que sabemos es el padecimiento que atravesamos. Nos llaman el sector privado a secas y acá hay subsectores, porque atendemos al 95% de la seguridad social. No se puede comparar a nuestro sector con CABA. Acá atendemos obras sociales nacionales, provinciales y mutuales”, definieron.
“Comenzamos a hacer ajustes tarde, desde un 200% por debajo del piso, y todo lo demás quedó por encima, entonces es una situación acuciante”, sumaron. A la vez, mencionaron que “a las dificultades presentadas, hay que agregarle que teníamos una pequeña ayuda con el programa FESCAS (creado por medio de la Resolución del Ministerio de Salud de la Nación N° 978/202), que favorecía a los empleados de salud con un porcentaje de retribución, y repentinamente desapareció”. “También desapareció una pequeña bonificación que teníamos al impuesto al débito, crédito y al cheque”, adhirieron.
“Hay que tener en cuenta que, si bien en el decreto 70/2023 estaba incluida la emergencia sanitaria, en la Ley Bases se sacó esta misma medida. Eso será el golpe de gracia total para nosotros ya que permite a la AFIP que nos embargue las cuentas. Sobre todo porque, a nivel país, más del 95% de las clínicas presenta deudas previsionales; no de evasión, que no es lo mismo. Pero, con la emergencia sanitaria, se permitía, por lo menos, endeudarse con las contribuciones patronales. Nadie hizo hincapié en esto y va a tener consecuencias cuando se venga todo encima”, retrataron sobre el nuevo marco legal tras la aprobación de la normativa en el Senado.