El día que Fidel Castro quedó fascinado por Gina Lollobrigida, «la mujer más bella del mundo»

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Será una subasta histórica. Cuando Fidel Castro viajó a Roma en noviembre de 1996 manifestó: «He venido para ver al Papa y la Lollo». Con ocasión de la cumbre mundial sobre alimentación organizada por la FAO, Castro visitó en el Vaticano a Juan Pablo II, un coloquio que abrió el diálogo entre el revolucionario Fidel y el Papa, que le devolvió la visita en enero de 1998.

Cuando el líder cubano recibió a Karol Wojtyla nada más bajar del avión en La Habana, los dos hablaban y miraban sus relojes, como para sellar visualmente un instante que pasó a ser historia. Ahora otro reloj de Fidel Castro, con su propia historia, se pone a la venta en la casa de subastas Wannenes, en su sede de Génova.

Es uno de los 410 artículos de joyería, esculturas, mobiliario, obras de arte, fotografías y otros objetos de recuerdos de Gina Lollobrigida (Subiaco, 1927 – Roma, 2023) que se subastarán los días 28 y 29 de mayo. Todo un tesoro que la legendaria actriz acumuló en su villa situada en la famosa vía Appia Antica de Roma.

La diva del cine que fue descrita como «la mujer más bella del mundo», quiso ser recordada como artista, porque además de actriz fue escultora y fotógrafa.

Como reportera, uno de los encuentros más llamativos fue el que mantuvo con el líder comunista en La Habana, en 1974. Contaron las crónicas de la época que el dictador comunista quedó fascinado ante la glamurosa estrella, que ya era famosa incluso para los estadounidenses.

Lollobrigida pasó bastante tiempo en Cuba, realizando fotos y una larga entrevista a Fidel Castro, quien le regaló el reloj que ahora se subasta. Se trata de un Seiko de titanio, de 37 x 41 mm, personalizado con una dedicatoria: ‘A GINA con ammirazione’, ‘FIDEL CASTRO’.


El reloj de pulsera de titanio que Castro le regaló a Lollobrigida

En una entrevista con el semanario italiano ‘Gente’, Gina Lollobrigida habló de su encuentro con el líder cubano: «Cuando se me ocurrió la idea de una historia fotográfica sobre Fidel Castro, me pregunté si no sería peligrosa. Había oído que siempre está rodeado de soldados armados, pero la idea también me fascinó. Lo único que me negó fue la posibilidad de entrevistarlo en su casa». Al final de la entrevista, Fidel se quitó el reloj y se lo regaló. Más tarde se inscribió la citada dedicatoria.

De sus esculturas a porcelana china

También se subasta la cámara con la que Lollobrigida hizo las fotografías en La Habana y luego retrató a personajes célebres como Paul Newman, Humphrey Bogart, Salvador Dalí o Henry Kissinger. Entre los objetos a subasta están un monumental mueble siciliano del siglo XVII (una especie de bargueño); el par de espadas del duelo de la película ‘La mujer más bella del mundo’; los taburetes de jardín en porcelana china de la dinastía Qing; esculturas de deidades tibetanas; iconos rusos, paisajes del siglo XVIII y pinturas flamencas; la cubitera plateada de Cartier con dedicatoria «a Gina»; una lámpara de araña tan alta como la propia Lollobrigida, y una escultura que la representa, de Giacomo Manzù.

También hay muchas esculturas que esculpió la propia Gina Lollobrogida. Igualmente se subastan los numerosos premios obtenidos a lo largo de su carrera: la estrella del Paseo de la Fama de Hollywood; las Cintas de Plata de 1954 por ‘Pane Amore e Fantasia’ y de 1963 por ‘Venere Imperiale’. Hay también joyas que Gina Lollobrigida se guardó hasta el final de sus días. Otras las puso en venta en Sotheby’s, de Ginebra, cuando la actriz tenía 85 años, percibiendo por una serie de preciosos lotes la suma de 3,6 millones de euros.

La casa de subastas Wannenes no ha puesto estimación o precio de salida a ninguno de los lotes, al considerar que «el valor de la procedencia de los objetos es inestimable. El catálogo de la subasta nos cuenta mucho sobre una mujer que era conocida por su talento, belleza y carisma».

El tesoro acumulado por Lollobrigida a lo largo de su dilatada carrera estuvo rodeado de misterio en sus últimos años. Todavía se sigue hablando de su herencia, por las disputas legales entre su hijo Milko Skofic y el que fue factótum de la actriz, el joven Andrea Piazzolla, condenado en primera instancia al considerar el juez que se aprovechó de la situación de debilidad de Gina Lollobrigida, entonces octogenaria. El hijo impugnó el testamento. La venta en subasta concertada por el notario Vittorio Occorsio, con la aprobación de los herederos y la autorización judicial, sirve en primer lugar para saldar las deudas dejadas por la diva. Así concluye el capítulo final de una vida irrepetible.

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