
Haití es sinónimo de caos. Las calles de Puerto Príncipe son hoy escenarios bélicos donde lo menos que importa es la vida de su gente. Casi dos mil ciudadanos han fallecido de enero a lo que va de marzo, desde que el entramado pandillero asumió el control del vecino país.
Jimmy Chérizier, alias Barbecue, un “líder” mediático que se pasea por las calles como toda una figura del “star sistem”, con su AK 47 en el hombro derecho y un celular en la mano izquierda, a diario ocupa las portadas de los principales periódicos del vecino país, como de casi todos los del resto del mundo.
Mientras la empobrecida nación continúa su ruta hacia la deriva, con el primer ministro Ariel Henry varado en Puerto Rico, ya sin posibilidad de regresar a su país, los enfrentamientos entre bandas, policías y militares no terminan.
Los ciudadanos de las ciudades sitiadas por las pandillas huyen buscando refugios, desplazados hacia otras zonas donde el caos aún no llega.
La intervención de organismos internacionales para cambiar el enrarecido escenario patina frente a las altisonantes amenazas de Barbecue, cabeza de la coalición de bandas conocida como G9, quien había sentenciado que si Henry no dimite en Haití habrá un genocidio.
Este expolicía de 46 años de edad, con un discurso incendiario, propugnaba por elecciones para garantizar un gobierno electo por la mayoría, tras el vencimiento del plazo establecido desde el asesinato del presidente Jovenel Moise, algo que, por la historia de fracasos, golpes y contragolpes, es cada vez más improbable.
Tras la reunión de gobernantes de los países miembros de Caricom y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en Jamaica, Henry anunció el martes que renunciará al cargo una vez se haya formado un consejo de transición en el país.
Horas antes, Barbecue cambió de opinión, nada extraño en su accionar, y declaró que lo que ocurre en Haití solo depende de los haitianos, quienes deben decidir quién dirigirá el país y qué forma de gobierno quieren, de lo contrario, si la comunidad internacional sigue en esta línea, sumirá a Haití en el caos.