NUEVA YORK.- El expresidente Juan Orlando Hernández es un «narcotraficante» que convirtió a Honduras en una «superautopista» para llevar cocaína a Estados Unidos y debe ser condenado, dijo el miércoles la fiscalía de Nueva York durante su proceso por tráfico de drogas.
«El acusado es un narcotraficante» que mientras en público fingía combatir el tráfico de drogas, en privado lo protegía, indicó el fiscal Jacob H. Gutwillig en sus alegatos finales frente a los 12 miembros del jurado, que a partir de este jueves empezarán a deliberar para sellar su suerte.
Para la fiscalía, todos los testimonios demuestran que Hernández es «culpable» de los tres cargos de los que es acusado: conspirar para traficar drogas, para traficar armas y posesión de armas.
El expresidente, extraditado a Estados Unidos en 2022, poco después de dejar el gobierno, está acusado de crear un narcoestado y de participar en el envío de 500 toneladas de cocaína a ese país norteamericano entre 2004 y el año de su extradición.
Si es declarado culpable, Juan Orlando Hernández, de 55 años y presidente de Honduras de 2014 a 2022, puede ser condenado a cadena perpetua, como su hermano Tony Hernández en 2021, acusado de ser un narcotraficante que trabajaba para el mandatario.
La fiscalía hizo desfilar como testigos en las primeras dos semanas del juicio a narcos hondureños como Devis Leonel Rivera, líder del poderoso cartel Los Cachiros, al exalcalde Alexander Ardón y a Fabio Lobo, el hijo del expresidente Porfirio Lobo (2010-2014), todos presos en Estados Unidos por tráfico de drogas.
«La única prueba que tenemos es la palabra de un narcotraficante a otro narcotraficante», zanjó en un teatral discurso Renato Stabile, uno de los abogados de la defensa este miércoles.
-‘Tienen muchos motivos para mentir’-
La defensa de Hernández ha intentado socavar la credibilidad de los testigos y las pocas pruebas que se han presentado, apelando al «sentido común» del jurado.
Recordó que la mayoría de los testigos buscan reducir sus condenas o conseguir documentos como testigos protegidos.
En contra de lo que suele ser habitual en este tipo de procesos penales, el expresidente subió al estrado a testificar. La fiscalía intentó acorralarlo y hacerle caer en contradicciones con las actividades de su hermano Tony Hernández, connotado narcotraficante.
Pero al ser preguntado si alguna vez recibió dinero del narcotráfico, el acusado respondió: «Nunca, señor. Eso estaba totalmente prohibido».
La mayoría de los testigos aseguraron haber sobornado al presidente a cambio de protección para sus actividades y para no ser extraditados.
Pero Hernández, que ha declarado ser «víctima de una venganza», tachó a los testigos de «mentirosos profesionales». «Todos tienen muchos motivos para mentir», dijo.
También indicó que pidió a las autoridades hondureñas investigar a su hermano Tony, y que le sugirió cortar lazos con narcotraficantes y entregarse a la agencia antidrogas estadounidense, la DEA.
El expresidente contó que dijo a su hermano: «Búsquese a un buen abogado y vaya a enfrentar esa situación con la DEA» y Estados Unidos.
Tras explicar a los miembros del jurado que lo que se espera de ellos es declarar culpable o inocente al acusado «más allá de una duda razonable», el juez los convocó este jueves para empezar a liberar, un proceso para el que no hay tiempo definido, con el objetivo de alcanzar un veredicto unánime.