El delito toma altura en La Plata: desvalijaron tres departamentos de un piso

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El delito toma altura en La Plata: desvalijaron tres departamentos de un piso

En el barrio del robo, apenas trascendió la noticia, quedó instalada una gran preocupación vecinal / Web

Un día después de que saliera a la luz el millonario asalto que sufrió una familia en su vivienda de 69 entre 15 y 16 cuando se hallaba en Necochea disfrutando de sus vacaciones, otra vez un escruche volvió a ocupar un rol estelar en la escena policial platense.

Siguiendo con la analogía teatral, si de delitos se habla bien se podría decir que los robos en ausencia de sus moradores son “la estrella del verano” en nuestra ciudad.

Mientras miles de platenses disfrutan de su tan anhelada desconexión de la realidad, los ladrones aprovechan estas ausencias prolongadas para marcar las casas y, si las condiciones lo permiten, vaciarlas por completo.

De este modo, una vez que las vacaciones llegan a su fin, la vuelta a la realidad no solo supone tener que volver a lidiar con el pago de facturas, las compras y el cumplimiento de la rutina.

El regreso también puede significar tener que hacerle frente a un duro golpe.

Y esto fue lo que le ocurrió en un triple robo cometido el pasado domingo en un edificio emplazado en 59 entre 15 y 16.

Un total de tres consorcistas pasaron a engrosar así la larga lista de víctimas de ataques cometidos con la modalidad escruche.

Según pudo saber este diario, los intrusos huyeron del complejo cargando en sus hombros un millonario botín compuesto por dólares y distintos objetos de valor de los cuales, hasta el momento, no hay una lista completa, a raíz de que dos de los damnificados se encuentran de viaje.

Si bien uno de ellos pudo ser ubicado, mediante una videollamada, muy poco fue lo que se habrían llevado de su departamento.

En parte porque la conexión era deficiente y por otro lado, debido a que quería comprobar por él mismo que no habían logrado dar con el escondite de sus ahorros.

Con respecto a la segunda víctima, al cierre de esta edición, la Policía aún no había podido dar con su paradero.

La tercera damnificada fue quien descubrió la situación.

Después de una extenuante jornada laboral se encontraba ingresando a su casa con el único deseo de descansar cuando se topó con el desastre.

Todo apunta a que el golpe fue dado de día, durante una ventana de tiempo de por lo menos ocho horas.

Luego de registrar cada departamento, cargaron “todo lo fácilmente transportable y de valor”, que había y abandonaron la escena dejando las puertas cerradas.

A simple vista, nada hacía pensar que una ola de inseguridad había arrasado con todo a su paso.

Pero cuando la chica empujó su puerta entreabierta el terror la invadió.

Tal es así que prefirió no entrar. De forma inmediata llamó al 911 creyendo que los intrusos aún podían hallarse en su casa.

Fue así que la Policía acudió al lugar y procedió según el protocolo.

La maniobra resultó negativa en lo que respecta al hallazgo de algún delincuente en el interior de la propiedad. Pero en el mismo acto tomaron conocimiento de que el departamento se encontraba completamente revuelto.

La gran sorpresa para los uniformados llegó cuando fueron a golpear las puertas de los restantes departamentos, que se encuentran en esa planta.

Su intención era intentar recabar algún dato que pudiera esclarecer el robo contra la denunciante y en lugar de ello se encontraron con otras dos escenas delictivas.

Para muchos, vivir en un edificio supone un mayor grado de blindaje si se tienen en cuenta las distintas medidas de seguridad que se adoptan en estos tiempos complejos.

Pero este caso demuestra que por más medidas que se adopten nada parece detener la inercia del avance de la delincuencia.

Cierres automáticos en puertas y portones, cierres con huellas digitales, tarjetas magnéticas e inclusive reconocimiento facial, seguridad privada, cámaras, rejas.

Estos son algunos de los mecanismos que han debido implementar los consorcios para filtrar los ingresos de extraños. Pese a ello los robos continúan sucediendo.

Una notebook, 2.500 dólares y perfumes serían sólo la punta del iceberg de lo que se llevaron

Pese al duro cimbronazo anímico que supone el desapoderamiento y la violación de la intimidad, la joven realizó una rápida inspección y detectó que los delincuentes huyeron con una notebook, un total de dos mil quinientos dólares estadounidenses y algunos perfumes.

Con respecto a las divisas norteamericanas, se sabe que la cifra equivale a casi tres millones de pesos, si se toma como referencia el precio de transacción en el mercado paralelo.

En los próximos días, con la llegada de los otros damnificados, la lista del botín se actualizará con más objetos de valor.

Por estas horas, los investigadores se encuentran en pleno análisis del material fílmico recolectado en la escena. Confían en que de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad podrán extraer los datos suficientes para individualizar a cada uno de los integrantes del clan delictivo, que llevó a cabo el golpe.

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