
“Ahora le tengo miedo a la policía”, reconoce Montti, que pasó de temer a las pandillas, a sentir lo mismo con las fuerzas de seguridad. “Lo triste es que estoy hablando siempre de temor, solo estás cambiando el rostro del victimario. Y eso sí es muy preocupante, porque entonces la paz, que es lo que se pretendía tener con la neutralización y el encarcelamiento de los pandilleros, que fueron crueles de una manera indescriptible, simplemente ahora lo estás pasando a los policías”, dijo.