AfD sufre su primer varapalo electoral desde su polémica reunión con círculos neonazis

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Björn Höcke, el líder de Alternativa para Alemania (AfD) en Turingia, celebraba el verano pasado el triunfo del candidato del partido de extrema derecha en una ciudad de ese estado. “Esto es solo el comienzo”, vaticinó. Sin embargo, los planes de la formación en Turingia han saltado por los aires. Al menos, por ahora. AfD perdió este domingo la segunda vuelta de las elecciones del distrito de Saale-Orla frente a la Unión Demócrata Cristiana (CDU), una derrota importante por haber tenido lugar en uno de los bastiones más importantes del partido ultraderechista.

Las elecciones de la ciudad de Turingia se han interpretado como un indicador de la movilización de la sociedad alemana contra AfD, después de que saliera a la luz que miembros de la formación se reunieron con neonazis y empresarios para llevar a cabo un “plan maestro” para deportar a millones de inmigrantes.

En varias ciudades del país se han repetido las manifestaciones contra AfD para condenar su vínculo con grupos nazis, y algunos miembros de la sociedad civil y políticos han pedido que se prohíba el partido. El revuelo se ha extendido a Austria, donde durante el fin de semana se llevaron a cabo manifestaciones contra la extrema derecha en tres ciudades. El apoyo a la formación se redujo cerca de un 1.,5% después de las protestas, pero seguía siendo el segundo partido más votado después de los democristianos de CDU.

La derrota de Saale-Orla es, en este contexto, significativa. Christian Herrgot ha vencido al ultraderechista Uwe Thrum por un escaso margen, pero ha abierto la puerta a que cambie la tendencia de voto antes de las elecciones estatales de Turingia en septiembre, en las que AfD espera ganar con un amplio margen.

Desde que salió a la luz la reunión de miembros del partido de extrema derecha con personas conocidas por sus vínculos neonazis, los partidos tradicionales han intentado bloquear el apoyo político a la formación. En el caso de Turingia, el ministro del Interior del estado, Wilhelm Frick, pidió a los votantes que votaran a CDU para evitar una victoria de AfD en Saale-Orla.

Las protestas contra AfD se han posicionado como una de las principales razones para la derrota electoral de este domingo. En la primera vuelta, celebrada el pasado 14 de enero, el candidato de la extrema derecha obtuvo el 45,7% de los votos, frente al 33,3% del político de la CDU. Dos semanas después, con cientos de miles de personas en las calles de Alemania para manifestar su condena al partido, el democristiano ha conseguido el 52,3% de los votos.

Después del triunfo electoral en la ciudad de Sonneberg el año pasado, Saale-Orla era el siguiente objetivo por conquistar. La victoria era esperable porque las dos ciudades tienen varios puntos en común. Se trata de un entono rural, escasamente poblado y con salarios muy bajos. Este es el caldo de cultivo que AfD quiere explotar para conquistar a los votantes, de los cuales una gran parte tienen opiniones muy duras contra la inmigración en Alemania.

El último esfuerzo para frenar a AfD

Este fin de semana ha sido el tercero consecutivo en el que Alemania ha salido a las calles. En Hamburgo y Düsseldorf, 100.000 personas marcharon en las dos ciudades contra el partido de extrema derecha. “Contra AfD. No permaneceremos en silencio. No apartamos la mirada. ¡Estamos tomando medidas!”, rezaba el lema de una de las protestas. Asimismo, se organizaron manifestaciones en ciudades más pequeñas como Aquisgrán, Osnabrück, Kiel, Sigmaringen y Wittenberg.

El canciller alemán, Olaf Scholz, aplaudió el gran número de manifestantes y destacó que el Gobierno no puede salvaguardar la democracia en Alemania por sí solo, y que necesita el apoyo de sus ciudadanos. “Nuestra democracia no es un don de Dios. Es obra del hombre. Es fuerte cuando lo apoyamos. Y nos necesita cuando se encuentra bajo ataque”, dijo el canciller en su vídeo pódcast semanal.

La formación AfD, por su parte, ha minimizado el impacto de las manifestaciones en todo el país. El diputado del partido en el Bundestag Bernd Baumann las consideró como una “última resistencia” ante las elecciones al Parlamento Europeo en junio y los comicios regionales en septiembre. “Vemos esto como un último esfuerzo, por así decirlo, para ganar puntos de alguna manera en las próximas elecciones, porque los argumentos políticos se han agotado en los parlamentos”, afirmó este lunes.

“En total, tenemos 10 millones de votantes, ahora unos cientos de miles han salido a las calles por la política verde de izquierda. Desde nuestro punto de vista, estos son diferentes grupos destinatarios a los que se convocó, que en general representan a toda esta casta verde de izquierda en Alemania”, añadió.

Las elecciones regionales en el país se consideran una antesala para las parlamentarias de 2025 y un avance de la extrema derecha en septiembre se podría interpretar como un ascenso todavía mayor el año que viene. Hasta ahora, los partidos tradicionales se han comprometido a no formar gobierno con AfD para mantenerlo fuera el poder. La pregunta es si esta promesa se mantendrá el tiempo lo suficiente como para frenar una mayor representación política de la ultraderecha en Alemania.

Björn Höcke, el líder de Alternativa para Alemania (AfD) en Turingia, celebraba el verano pasado el triunfo del candidato del partido de extrema derecha en una ciudad de ese estado. “Esto es solo el comienzo”, vaticinó. Sin embargo, los planes de la formación en Turingia han saltado por los aires. Al menos, por ahora. AfD perdió este domingo la segunda vuelta de las elecciones del distrito de Saale-Orla frente a la Unión Demócrata Cristiana (CDU), una derrota importante por haber tenido lugar en uno de los bastiones más importantes del partido ultraderechista.

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