cristian medina, uno de los puntos altos, trata de burlar el cruce de menino. boca estuvo más cerca /afp
Si hubiese habido un ganador, ese debió ser Boca. Porque a lo largo de los noventa minutos fue el que siempre buscó, el que manejó los tiempos y la pelota y el que generó las mejores oportunidades para ganar.
Sin embargo, y como viene sucediendo en los últimos partidos, Boca volvió a sentir la falta de gol, pero a nivel colectivo jugó el mejor partido del ciclo Jorge Almirón. Si bien el empate sin goles con Palmeiras, en la primera semifinal de la Copa Libertadores, le dejó un sabor agridulce, en una semana tendrá una nueva chance de demostrar que el equipo mantiene la ilusión de meterse en la gran final.
Boca salió con decisión. Con la idea de asociarse en los distintos puntos del campo de juego. Y en la primero que generó, Cavani remató desviado, lejos del arco, aunque el impulso en la triangulación es lo que convenció a Jorge Almirón, que se mostró muy activo, al igual que su colega Abel Ferreira.
No hubo especulaciones en el Xeneize. Apostó por derecha con Advíncula, y también por el sector opuesto, con las subidas de Barco.
Palmeiras, que por momentos se cerró con línea de cinco, siempre encontró espacios para lastimar, como el zurrado de Arturo cerca del palo izquierdo, después de burlar el cierre de Farra.
El fútbol de Boca pasó por los pies de Medina, que se mostró activo siempre. Se asoció con Advíncula, también con el “Equi” Fernández, y eso le dio dinámica a un equipo que en los primeros minutos se mosto más decidido y ambicioso, aunque le costó llegar con peligro. La más clara se produjo a los 15. Tiro libre desde la izquierda de Barco, Cavani se anticipó y su cabezazo se perdió muy cerca del palo derecho. Y un minuto después, el disparo alto de Medina. Otra vez avisó el equipo local.
Boca presionó siempre. Le cerró todos los caminos a Palmeiras, sobre todo a Rony y Artur, muy rápidos en los desplazamientos, pero bien contenidos por la defensa.
A los 29, en otra aparición por sorpresa del Colo Barco, asistió a Merentiel, que no le pudo entrar con precisión a la pelota. Otra vez llegó Boca.
Palmeiras manejó, por momentos, los espacios, pero el equipo de Jorge Almirón ejerció la presión alta y eso le quitó dinámica a los volantes del rival.
Barco fue el abanderado de este Boca que entregó su mejor versión colectiva. Tal vez la mejor de los últimos tiempos. La última, antes de que se vayan al descanso, fue otro cabezazo letal del uruguayo Cavani que sigue peleado con el arco.
MANTUVO SU LIBRETO
Boca volvió a manejar la pelota y los espacios en los primeros minutos del complemento. Con Medina tirado sobre la derecha; con el “Equi” y “Pol” en la función de doble cinco, y con Fabra y Barco, bien lanzados por izquierda.
Palmeiras, muy estático, cerrado en defensa, pero agazapado para meter alguna contra.
Fue intenso el trabajo de Boca, que se volcó al ataque sabiendo que Palmeiras no estuvo muy seguro en la última línea.
La insistencia de Merentiel de luchar entre los centrales tuvo su rédito, porque le permitió a Cavani encontrar más espacios y también a Barco, para que se filtre entre el uruguayo Piquerez y Murilo.
Sin embargo, Palmeiras apostó a la contra. Y a través de esa vía, Veiga desperdició una buena chance entrando por izquierda.
A los 15, Boca volvió a pisar el área de Palmeiras; Fabra entrando por izquierda, no pudo con el arquero, que se anticipó en el achique, y en el rebote, el colombiano cometió infracción cuando Merentiel convertía el gol. A los 25, Barco, que terminó tocado, entró por izquierda, remató, el arquero que despejó de manera defectuosa, y Cavani, que viene esquivo con el arco, no la pudo empujar, en otra jugada clara de gol.
Marcos Rojo salió con un problema muscular y será evaluado para ver si llega al domingo
