Lope de Vega rejuvenece

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La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) abre su temporada en su sede del Teatro de la Comedia con un montaje que lleva rodando desde el mes de abril (se estrenó en Málaga) y que han visto 17.000 personas: ‘La discreta enamorada‘, de Lope de Vega -un título, por cierto, que no ha presentado la compañía en sus casi cuarenta años de historia-.

Lluís Homar, director de la CNTC, es también el director de este montaje, con el que ha debutado la sexta promoción de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico (un proyecto creado en 2007 por Eduardo Vasco), que conforman seis actrices y seis actores: Íñigo Arricibita, Xavi Caudevilla, Cristina García, Ania Hernández, Nora Hernández, Antonio Hernández Fimia, Pascual Laborda, Cristina Marín-Miró, Felipe Muñoz, Miriam Queba, María Rasco y Marc Servera. A ellos se suman en ‘La discreta enamorada’ el propio Lluís Homar, Montse Díez.. y los técnicos de la compañía, integrados en la puesta en escena.

Y es que Homar ha querido reforzar en esta puesta en escena la idea de compañía no solo con la inclusión de los técnicos sino con otros detalles como la presencia constante de los actores en escena o con crear tres repartos -azul, naranja y verde- en los que los doce actores tengan ocasión de interpretar a alguno de los cuatro protagonistas de la función.

En ‘La discreta enamorada’ -que sirvió de inspiración para una de las zarzuelas más populares, ‘Doña Francisquita-, Lope de Vega cuenta la historia de Fenisa, una joven enamorada de Lucindo -a su vez enamorado de Gerarda-, pero a quien Belisa, su madre, quiere obligar a casarse con el capitán Bernardo, padre de Lucindo. Fenisa acepta el mandato de su madre pero al mismo tiempo hará todo lo posible para llamar la atención de Lucindo y conseguir su objetivo de casarse con él en lugar de con su padre.

«Ante todo -escribe en el dossier el poeta de 20 años Mario Obrero-, esta obra es un gran debate en torno a la juventud y la edad adulta, en el que se plantea una confrontación entre la mirada joven y la ceguera senil de la norma. Tal como lo pinta Lope, los adultos no han sabido distinguir lo añejo de lo rancio, obligando a la juventud a comulgar con una moralidad restrictiva y asfixiante. Ser joven en Lope de Vega no es solo una condición anatómica, es un estado de conciencia».

Sigue el hilo de esta reflexión Lluís Homar, que se refiere a ‘La discreta enamorada’ como una de las obras maestras de su autor –no se ha hecho versión y solo, cuenta el director, se han pulido cosas y se han eliminado un par de quintillas-, y asegura que ese estar contra la norma por parte de los jóvenes que muestra Lope es un trozo de vida, porque «Lope supo muy pocos unir vida y escenario y llevó a éste su experiencia vital. En esta obra se plantea que el mundo puede ser de otra forma, y que ese cambio va a realizarse a través del amor».

Y ese aspecto, coinciden los actores, le otorga actualidad al texto ya que, como dice una de las actrices, Ania Hernández, los conflictos amorosos de los personajes son iguales que los que tenemos hoy en día. «Lope es vida -completa Lluís Homar-; no deja que los actores ‘hagamos como si…»

A darle vida a la obra y, especialmente, al verso -dice Homar- quiere contribuir una puesta en escena también joven, que presenta a una tribu urbana y donde la música tiene un gran protagonismo. De ella se ha encargado uno de los actores, Marc Servera, que dice que «ha ido saliendo sola, ha surgido del juego, y es una creación colectiva».

Como en tantos montajes de la compañía, se ha contado con Vicente Fuentes para cuidar de ‘la voz y la palabra’. «He sido estudiante con ellos -dice-, y nuestra intención es que el espectador nos acompañe; yo en este teatro, hace muchos años, me aburría, a los cinco minutos había desconectado, y queremos que el público salga del teatro con la resonancia de las palabras».

El equipo artístico incluye también a José Novoa (escenografía), Pilar Valdelvira (iluminación) y Deborah Macías (vestuario).

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