El Español y el Italiano de La Plata, ante el desafío de avanzar en un complejo escenario de crisis en salud

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Los hospitales Español e Italiano de La Plata nacieron del impulso de los primeros platenses, que llegaban desde España e Italia en su mayoría a hacer casi el único trabajo disponible por entonces en una ciudad que era más campo que ciudad: cavar zanjas, fabricar ladrillos, levantar edificios… Eran en general hombres rústicos, pero que tuvieron sin embargo una clara visión de futuro común: formar una sociedad mutual que socorriera a sus familias en la muerte y la enfermedad. Así surgieron la Societá Ospedale Italiano y la Sociedad Española de Socorros Mutuos, las semillas de los que iba a convertirse en el Hospital Italiano y el Hospital Español.

A más de un siglo y cuarto de su fundación, el Italiano y el Español, únicos sobrevivientes en la Provincia de un modelo de organización hospitalaria que a fines del XIX se multiplicó por todo el país (el resto de los hospitales mutualistas de su escala fueron intervenidos, gerenciados y hasta liquidados por no haber podido adaptarse a los cambios del sistema de salud) hoy se abren camino en medio de un complejo escenario económico y de recurso humano cuya cara más visible es en ocasiones el desborde en la capacidad de atención.

¿Por qué a veces las guardias se encuentran colapsadas o se registran largas esperas para conseguir un turno de atención? Como explican las autoridades del Italiano y el Español, el fenómeno -que ciertamente no es nuevo ni exclusivo de sus establecimientos- responde a múltiples causas entre cuales las crisis de ciertas especialidades médicas y algunos cambios culturales en la demanda de atención constituyen una cuestión central.

Tanto en uno como en otro hospital señalan que las especialidades en las que más faltan profesionales son la medicina general, la pediatría, la cardiología clínica, la obstetricia, la terapia intensiva y la ginecología; es decir las especialidades básicas en las que debería haber mayor volumen para poder soportar la demanda y lo que más requiere la población en general.

¿Por qué? “Porque los médicos tienden a no elegir estas especialidades tiempo-dependientes, y en su lugar prefieren volcarse a las técnicas-dependientes, es decir aquellas cuya remuneración está más vinculada a prácticas específicas, más rentables en el mismo tiempo o con menor tiempo de atención, señala Martínez.

“La escasez de médicos clínicos es un problema sin duda”, reconoce también el contador Daniel Reija, gerente del Hospital Español, quien sostiene que si bien el factor económico incide en el fenómeno no es ciertamente el único.

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El hospital Italiano / EL DIA

“Los honorarios regulados por las obras sociales son un tema que afecta a las especialidades clínicas; no sólo a los que hacen medicina general sino también a los cardiólogos clínicos y los pediatras, todas especialidades que tienen a su vez mucho desgaste porque exigen un mayor compromiso personal con los pacientes. Por eso las obras sociales deberían incentivarlas más económicamente”, explica Reija al señalar que “a falta de eso, hoy muchos médicos clínicos se vuelcan a hacer alguna subespecialidad a fin de tener un ingreso mejor”.

CAMBIOS EN LA DEMANDA

Lo cierto es que así como la escasez de ciertos especialistas afecta la oferta de servicios de salud, ciertos cambios en la demanda por parte de los actuales pacientes también impactan en la capacidad de atención. Y uno de los principales es la mayor expectativa de vida que tiene la población.

“El aumento en la expectativa de vida hizo que la pirámide poblacional se haya modificado. Mientras que antes los pacientes que más demandaban recursos de salud tenían 65 años y se encontraban en el vértice de esta pirámide; hoy se encuentran en la franja central, por lo tanto, el número de personas que demandan y consumen recursos es mucho mayor”, explica el director general del Hospital Italiano.

“Por ese desbalance entre una demanda creciente y una oferta cada vez menor de profesionales para cubrirlas, muchos centros han tenido que cerrar sus guardias (produciendo una sobrecarga en las que quedan)”, afirma Martinez.

“La gente busca resolver en una guardia lo que no consigue en otros espacios de atención”

“Las guardias están desbordadas por la falta de acceso a otros servicios de salud. La gente busca resolver en una guardia algo que no consigue resolver en otros espacios de atención. Hoy sólo el 10% de los pacientes que consultan en la guardia de nuestro Hospital son una emergencia o una urgencia. El 90% son consultas que se deberían resolver en otro ámbito. Es así que por momentos se produce tal desborde de demanda que aquellos pacientes que no representan una urgencia se ven obligados a largas esperas por la necesidad organizativa de concentrar los recursos disponibles para los casos prioritarios”, explica.

En el Hospital Español, donde coinciden con ese análisis, señalan que existe además “una cuestión cultural” ,“La gente ya no tiene médico de cabecera, es decir un clínico que organice su demanda de atención sanitaria y contenga sus consultas que no son urgentes -explican- De ahí que cuando no sabe cómo manejarse ante un problema de salud recurre directamente a las guardias, lo que no es lo ideal”.

“Los médicos de guardia, que no dan abasto se encuentran entonces con pacientes que ven por primera vez, de los que desconocen sus antecedentes, lo que les demanda más tiempo de atención”, explica el gerente del Español.

“En la guardia se reciben una fuerte demanda de pacientes que no constituyen urgencias. Recibís tanto personas infartadas o con ACV como gente que está resfriada y viene a pedir un certificado para presentar el trabajo -cuenta Daniel Reija-. Y como los recursos profesionales se abocan a los casos más urgentes, los casos que no son urgencias sufren a veces demoras en la atención. Pero la gente tiene que comprender la prioridad de las guardias. Es un tema que hay trabajar culturalmente para poder ordenar el sistema” de salud.

LAS CAMAS DISPONIBLES

El Hospital Italiano tiene 320 puestos de internación, lo que implica no solo camas sino todos los lugares donde un paciente puede permanecer internado para recibir atención hospitalaria a fin de resolver un problema clínico o quirúrgico. Esto abarca desde las salas de internación y las terapias intermedia e intensiva hasta el pabellón de trasplantes y la guardia central. Un sillón puede ser un puesto de internación. La capacidad de internación de los hospitales ya no se mide en términos de camas.

El Italiano cuenta con 60 consultorios externos en todas las especialidades que se pueden cubrir con variables que tienen que ver con esa oferta y demanda de especialistas. Dependiendo de la especialidad cuentan con una mayor o menor oferta de profesionales.

Hasta antes de 2013 el Hospital Español venía registrando un crecimiento en la demanda de atención en función del cual proyectó una obra de 6.000 metros cuadrados para refuncionalizar sus servicios con un nuevo centro quirúrgico, un piso entero para una nueva terapia intensiva y unidad coronaria, y nuevo centro de diagnóstico por imágenes. Pero sucedió que aquel año se vio severamente afectado por la inundación. “Pudimos salir adelante, gracias al apoyo del gobierno nacional y de toda la Ciudad, el dinero que teníamos destinado para esa obra se utilizó para la restauración del subsuelo donde se encontraba diagnóstico por imágenes, laboratorio, hemoterapia, hemodinamia, cocina y el salón de actos, que había quedado inutilizado como también para el pago de sueldo de los empleados. Fue un periodo de unos dos años el que duro la puesta en funcionamiento y recuperar la demanda perdida. Luego cuando se comenzó con la recuperación y vino la pandemia, otro golpe”, se indicó.

El Hospital Español tiene actualmente 165 camas de internación, un 30% de las cuales son de alta complejidad: unidad coronaria, terapia intensiva y neonatología. Y cuenta con 25 consultorios externos en todas las especialidades.

En sus consultorios externos, el Hospital Español atendió a unos 205.000 pacientes en los últimos 12 meses, mientras que en los consultorios ambulatorios fueron atendidos 25.300 pacientes en 12 meses. Por la guardia, a lo largo de 2022, pasaron 285.288 y en lo que va de 2023, se atendieron allí 173.711 personas. En demanda clínica, en 2022, 23.791 pacientes; y en emergentología clínica, en lo que va de 2023, 17.197 pacientes.

El hospital Español / EL DIA

No fueron suministrados datos sobre cantidad de pacientes atendidos en guardia, consultorios externos y ambulatorios en el Hospital Italiano.

LA INFLACIÓN Y SU IMPACTO

En medio de ese complejo escenario de cambios en la demanda y oferta de servicios de salud, los hospitales afrontan a su vez un difícil desafío contra la inflación.

A diferencia de lo que ocurría en otras épocas, tanto en el Español como en el Italiano reconocen no estar teniendo problemas por la demora en los pagos de las obras sociales y en particular de IOMA, la de mayor afiliados en la Región. Las tensiones se dan en cambio por los costos de la salud que no están cubiertos por el precio de las prestaciones.

“Los pagos están hoy regularizados, no sólo los de IOMA sino en general. Lo que estamos sufriendo son las demoras en la actualización de los valores en un contexto de mucha inflación. Por ejemplo, se van a cobrar ahora prestaciones del mes de mayo que se realizaron con insumos comprados en marzo y abril. Todo ese tiempo que pasó en el medio produce un desfasaje económico difícil de sobrellevar”, grafica el gerente del Hospital Español.

“Los costos crecen de tal manera que los precios nunca terminan de acomodarse”

Como explica Reija, “el IOMA y las obras sociales tiene un proceso administrativo de hasta 45 días desde que se acuerda (el aumento) hasta que sale la resolución (de pago) y otros tantos hasta que se puede efectivizar el cobro. Y en el caso de las prepagas, si bien se actualizan los valores en función de un índice de la Superintendencia, ese índice viene demorado unos 60 días. En suma, con este nivel de inflación tendríamos que cobrar con mucha más rapidez para no quedarnos atrás y poder no sólo actualizar los valores sino también volver a adecuar los valores prestacionales a los nuevos costos de los insumos”, sostiene.

Lo mismo cuenta el director del Hospital Italiano. “El problema pasa por el hecho de que los precios de las prácticas están regulados y los costos están desregulados. Entonces los costos crecen de tal manera que los precios nunca terminan de acomodarse, lo cual produce en las organizaciones como la nuestra una especie de pinza, donde se reduce el margen para operar, porque muchas veces lo estás haciendo sin poder cubrir los costos y en un equilibrio dificilísimo en términos de financiamiento”, afirma Martínez.

Sin margen de ganancia, “la salud no es un sector donde un empresario tradicional hoy quisiera invertir. De hecho cada vez quedan menos organizaciones que se dediquen a la salud porque no es un negocio rentable”, agrega el director del Italiano al señalar que en su caso, al ser una estructura que no tiene fin de lucro y no supone una extracción de los recursos, ya que todo lo que se genera queda en el Hospital, tienen “cierta ventaja”, pero también enfrentan “el riesgo de no tener aportantes o empresarios que puedan inyectarle recursos al sistema en caso de tener que enfrentar una crisis financiera o económica mayor”.

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