
«Durante los cuatro años que estuvimos trabajando en este musical, mucha gente me ha preguntado por qué quería hacerlo. Es una pregunta que siempre ha sido difícil de responder… porque realmente, ¡no quería! He sido afortunada de tener una carrera maravillosa, la cual ha sido un auténtico regalo para mí, y después de más de cincuenta años sobre las tablas de un escenario, no necesito un musical, no necesito otro espectáculo. Aun así, hasta el día de hoy, sigo recibiendo muchísimas cartas de gente que me dice que les di esperanza, y aunque me parece increíble que mis actuaciones llegasen a conmover tanto a la gente y lo importante que dicen que ha sido mi legado, considero que tengo mucho que agradecerles. Espero que este musical le ofrezca a la gente lo que necesita: algo que recuerde mi trabajo. Ha sido una experiencia muy especial para mí. En muchos sentidos, este musical se ha convertido en el siguiente capítulo de mi historia».
Con estas palabras recibía Tina Turner a los espectadores que acudieron en algún lugar del mundo a ver el musical basado en su vida. Fueron en total cerca de tres millones de personas las que lo vieron en países como Alemania, Australia, España, Estados Unidos, Países Bajos o Reino Unido.
La idea de llevar la vida de Tina Turner a escena y convertirlo en musical partió de los responsables de la productora Stage Entertainment. ‘Tina, el musical’ se estrenó en Londres. Encargaron el libreto a Katori Hall, una dramaturga estadounidense nacida en Memphis (Tennessee), muy cerca de donde había nacido la cantante. «¿Cómo debía afrontar el reto de contar la historia de mi heroína? En primer lugar, necesitaba estar en la misma habitación que ella y hacerle preguntas mundanas e incluso prohibidas», explicó Katori Hall.
«Descubrí -seguía- que Tina todavía seguía buscando respuestas a las preguntas más difíciles y que estaba dispuesta a exponer su vida para ser examinada y criticada. Desde su posición, con más de 70 años de edad, Tina habló sin ningún tipo de vergüenza, ni de pena, ni de culpa, y fue capaz de ahondar en busca de nuevas perspectivas y conexiones espirituales, transmitiendo esperanza con cada uno de sus pensamientos».
‘Tina, el musical’ recorría la vida de Anna Mae Bullock (nombre real de la cantante), con suficientes elementos dramáticos para llevarse a escena. El rechazo de su madre, que siendo aun una niña la abandona a ella y a su padre, llevándose a su hermana mayor; su tormentosa y tóxica relación con Ike Turner; y sus necesarias reinvenciones artísticas son el eje de una historia que en este musical es poco más que un sustento para incrustar las canciones más populares de la diva.
Éstas eran, claro, la columna vertebral del espectáculo: ‘Shake a Tailfeather’, ‘River Deep – Mountain High’, ‘Proud Mary’, ‘What’s Love Got to Do with It’, ‘We Don’t Need Another Hero’, ‘(Simply) The Best’… sonaban en el musical, que vio la luz en el Aldwych Theatre del West End londinense el 17 de abril de 2018, con la dirección de Phyllida Lloyd y coreografías de Anthony van Laast (los dos habían participado unos años antes en la creación de otro musical ‘juke-box’, ‘Mamma Mia!’, sobre las canciones de ABBA.
El 7 de noviembre de 2019 llegó a Broadway, concretamente al Lunt-Fontanne Theatre, y dos años después, el 30 de septiembre de 2021, se estrenó la producción en el Teatro Coliseum de Madrid. Kery Sankoh interpretó a Tina Turner (alternándose con Astrid Jones), y el reparto integraba a Rone Reinoso, Juno Koto King, Oriol Anglada, Ileana Wilson, Pedro Martell, Anna Lagares, Aisha Fay y Carlos Báez.
«Este musical no trata de mi estrellato -ha dicho la propia Tina Turner-. Trata del viaje que hice hasta llegar allí . Quiero que, cada noche, cada espectador, capte la idea de que se puede convertir el veneno en medicina. Que este espectáculo sea una inspiración y un momento para celebrar nuestra capacidad para superar las dificultades juntos».